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Aproximación al arte precolombino (Parte III)

Publicado: 2013-01-15

La realización de grandes festividades, en época de los solsticios sobre todo –San Juan y Navidades-, que viene de una muy remota antigüedad europea y asiática, o que parcialmente han sido introducidos en los Carnavales, ha producido una importante presencia de décimas y sonetos, casi siempre de tema alegre, jocoso, de crítica burlesca a las autoridades o vecinos, versificaciones que juegan con variadas formas de composición, exaltando la alegría del vivir. Hemos señalado arriba que, antes de la llegada de los europeos, no existían instrumentos músicos cordonófonos en América. Al respecto, debemos indicar reiterativamente que el birimbao, cordonófono que se pulsea y se sujeta entre los dientes, que mencionamos líneas atrás, pareciera ser un invento africano que algunas tribus amazónicas y de la cuenca del Río de la Plata, han adoptado por su extremada simplicidad y del cual no se han encontrado reportes antiguos sobre su presencia en el área andina propiamente dicha. En torno a la danza traemos aquí las opiniones de Ramírez Macip, que transcribimos in extenso: “… El arte de bailar, arte eterno y efímero, ha acompañado al hombre en su devenir histórico en todos los rincones del mundo. Desde los albores de la humanidad, el hombre ha bailado a sus dioses, bailado para expresar su alegría y su amor, lo seguirá haciendo porque es parte de su naturaleza, un modo de expresarse, de comunicarse, de crear, de sentir y de vivir, una forma de amar… Pero, ¿qué es la danza? ¿Cuáles son sus orígenes? ¿Cuál es el mensaje y su contenido? ¿Cómo se relacionan símbolos, signos, ritos, cosmovisión? ¿Cómo podemos a través de ella conocer algo de la historia de los pueblos?... La danza es una forma de comportamiento humano compuesto por movimiento corporal, no oral, intencionalmente rítmico, moldeado culturalmente, así como gestos que no son parte de las actividades motoras ordinarias y que tienen un valor estético (Serena Nanda, Antropología Cultural, p. 312).

“… el hombre baila y ha bailado desde tiempos inmemoriales; todos los pueblos del mundo han practicado esta manifestación artística. La danza ha acompañado a la humanidad en todos los acontecimientos significativos de su vida: el nacimiento, en la consagración, en el matrimonio, en la muerte, en la guerra, en la victoria, en la siembra, en la cosecha, en el ceremonial religioso, desde las culturas prehistóricas (José Manuel Lozano Fuentes, Historia del Arte, p. 40) hasta nuestros días. Al estar y ser compuesto por movimiento corporal debemos considerar entonces que es un arte que se crea con el movimiento propio de cuerpos humanos, es algo inmediato a la naturaleza del hombre y que la capacidad de movimiento del cuerpo se transforma en arte, no es cualquier movimiento común al trabajo o en las actividades cotidianas sino un movimiento especial, cargado de significado, moldeado histórica y culturalmente… al ser intencionalmente rítmico tenemos que desde tiempos remotos el hombre, a través de la observación de su propio ser y del universo que lo rodeaba, asimiló estos dos ritmos, el humano y el cósmico. Una correspondencia entre el microcosmos y el macrocosmos. La danza lo proveyó de la llave para comunicarse con la fuente de la vida, la vía natural por la cual se unió a los poderes del cosmos en que el ritmo es el elemento fundamental… La danza es un movimiento rítmico que tiene como meta la creación de dibujos visuales por medio de una serie de poses y del trazo de diseños en el espacio, sirviéndose de unidades determinadas de tiempo de acuerdo a la música; los componentes: estático y cinético reciben impulsos diferentes y están ejecutados por diferentes partes del cuerpo de modo armonioso, de acuerdo con el temperamento, los lineamientos artísticos y las intenciones… Así podemos ver que la danza es un fenómenos social hecho por los hombres, siendo un comportamiento aprendido, los movimientos de la danza son una aptitud y creación de los hombres. La danza no existe y no puede existir por si sola como una técnica porque exige una actividad humana para ser producida, lleva implícito un proceso de comunicación y entraña una elaboración intelectual previa que le da forma; se encuentra dentro del marco de la cultura humana y de la sociedad, tal como cualquier otra actividad de nuestra especie, la danza es un comportamiento humano…

“… El hombre, según lo demuestra su más remota historia no puede vivir sin el arte. La comunicación le es imprescindible, y el arte es la comunicación en el nivel más hondo y duradero. Podemos ver en la obra de Curt Sachs sobre la historia de la danza algo sobre esta manifestación que todos los pueblos del mundo desde épocas remotas han practicado. Esta forma de expresión se ha manifestado unida a ritos de fertilidad, al culto de iniciación guerrera  o en los rituales de paso de la niñez a la pubertad, para calmar la furia de la naturaleza, para que sus muertos lleguen a la región del descanso eterno, en fin, para una gran cantidad de actividades y hechos importantes dentro de la vida de los grupos sociales a lo largo de la historia… La música vino con acompañamiento a la danza, y el canto surgió como punto de acción y comentario. El traje y la máscara que se usaron primero en las danzas rituales constituyeron la raíz del teatro. A partir de entonces, la danza ha sido una de las manifestaciones de la vida humana que mejor refleja la expresión externa de una cultura, el sentimiento religioso y los perfiles éticos y sociales de un  pueblo… Ahora bien, cuando el hombre empieza a tener conciencia de su propio ser y a cuestionarse sobre su propia existencia y sobre el mundo que lo rodea, es cuando nace la religión, el culto a lo sobrenatural, a todo aquello que no puede dar respuesta. Y con los cultos y ritos nace la danza, una danza-teatro-rezo, y no solo el arte dancístico sino todas las manifestaciones artísticas en su origen están unidas al culto. La obra de arte es uno de los medios de que se sirve el culto y que el culto necesita. El arte era entonces una necesidad social dentro de la comunidad, cuyo contenido vital es la fe en los dioses, el culto divino… Si una de las funciones de la religión es eliminar miedo y angustia a todo aquello que el hombre no estaba o está en condiciones de explicar, la danza ofrece una extraordinaria posibilidad de descargar por  vía motora las tensiones psíquicas, y dar expresión a sentimientos de agrado o desagrado mediante la activación del instrumento primario el cuerpo humano. Puesto que los actos mágico-religiosos están particularmente cargados de simbolismos y sentimientos, no es de extrañar que encontremos, igualmente desde los comienzos, la danza en íntima relación con el culto, como uno de sus más importantes medios de expresión. En casi todos los actos del culto podemos hallarla: en la oración, el sacrificio, el conjuro, la magia de fertilidad y de caza, las iniciaciones, el culto a los muertos, etc…

“… El hombre no solamente ha utilizado el movimiento del cuerpo para expresar sus sentimientos religiosos en actos comunitarios, también ha bailado para sí mismo, satisfaciendo la necesidad de liberación de sus emociones y sentimientos, en el seno familiar o social con el que se identifica… La danza es una expresión  artística debido a que con ella se observa creación y expresión, además de la transmisión del mundo subjetivo que se objetiva en un  producto que no persigue directamente la satisfacción de una necesidad utilitaria. Constituye un lenguaje (determinado social e históricamente), en donde el mensaje se transmite por símbolos elaborados por el cuerpo humano. Es fundamental subrayar el hecho de que la danza es un producto social, pues surge de las relaciones que los seres humanos entablan entre sí y la naturaleza: geografía, clima, raza, religión, ambiente social, condiciones físicas, vestido, tradición cultural, antecedentes históricos y el simple paso del tiempo; todo afecta las formas como los hombres se mueven y, más particularmente, las formas como traducen el movimiento de la danza…”

Por su parte, en su “Danza, Cultura y Clases Sociales”, Amparo Sevilla nos dice que: “… La danza es una forma de expresión humana cuya práctica ha sido universal, tanto en el tiempo como en el espacio; su realización se observa en todas las culturas y épocas históricas, materializándose a través de múltiples formas o diseños y desempeñando diversas funciones sociales… En primer lugar tenemos que esta no es una creación de un individuo abstracto, sino de diversas clases y grupos sociales. El segundo elemento es que en dicha creación se transmite la visión del mundo de cada una de las clases y grupos sociales, por medio del movimiento corporal. El tercer aspecto es que es una visión del mundo que cumple una función social específica y que tanto el tipo de concepción como la función que desempeña están determinados por el momento histórico social en que se desenvuelven. En cuanto término vemos como un modo de expresión y por lo tanto de comunicación, la danza se convierte en un lenguaje cuyos símbolos y significados, plasmados a diseños corporales hacen referencia a determinada tradición cultural… la danza es la transformación objetiva de una realidad que se capta en la mente y posteriormente es reelaborada e interpretada a través de una imagen virtual. En todos los géneros dancísticos se observan ‘modelos’ o formas preestablecidas socialmente, que el individuo aprende y reproduce; en estas acciones se lleva a cabo una captación de la imagen y una ordenación mental de ésta, previa a su proyección…”

Con referencia a las formas coreográficas, Antenor Orrego nos dirá que: “… La danza realiza el sino en imagen, y la imagen en movimiento. Por eso es el arte más completo, porque participa de la esencia estética de las tres artes… Es un arte de síntesis porque en él se manifiestan íntegramente los elementos primarios de la expresión estética; así se substancializan, se auxilian, se complementan, se acoplan y se engloban armónicamente… Toda nota o conjunto de notas, es, pues, susceptible a ser traducida en línea y movimiento…”. Entendemos por danza a una serie de movimientos, gestos o pasos ritmados, con armonía y cadencia, movimientos que pudieron ser espontáneos al comienzo de la humanización, que más tarde se memorizaron y sistematizaron, formándose entonces una coreografía más o menos rígida. La danza nació, con seguridad, para satisfacer la necesidad de comunicación del personaje humano con su entorno, y con su mundo de formas tanto espirituales como físicas,  por lo que resulta sumamente difícil situar cronológicamente su invención inicial, ya que el fundamento mismo: cuerpo, movimiento, espacio y tiempo –en última instancia-, persiste a la fecha, pese a todo el largo proceso de desacralización en que estamos inmersos en los últimos tiempos. Ramírez Macip, en su obra “Las danzas y músicas tradicionales de Puebla”, opina que: “La mayoría de las religiones africanas, amerindias y afroamericanas reposan, en gran medida, en un ‘teatro danzado’ a partir de ritmos musicales que tratan de enmarcar o expresar sentimientos, emociones o motivaciones específicas o particulares; el cuerpo humano es vehículo para llegar a lo sagrado, es la oración corporal expresada por medio del movimiento. Extender a partir de la teoría semiótica, el concepto de plegaria a su forma musical y dancística, permite comprender las características concretas de los sistemas religiosos en los que el lenguaje corporal y musical son el eje de la comunicación con lo sagrado durante sus fiestas… La representación o escenificación del mito, a través del ritual, la danza y la fiesta, logra crear una de las primeras formas de manifestación de la arquitectura efímera como lo es el arte escénico, siendo éste la respuesta al vínculo de unión entre el espacio arquitectónico y el espacio teatral…

“… También tenemos que tomar en cuenta la expresión y la comunicación. Para ello son necesarios espacio, tiempo y ritual específicos. Así se establece la comunicación con tres tipos de espectadores: el dios, la naturaleza y la población. Los seres divinos no pueden entender plenamente el mensaje de los hombres si no es a través de este lenguaje arquetípico que se actualiza en el rito. Nosotros consideramos efímera alguna manifestación artística más por lo cuantitativo, por el tiempo de duración  de la misma; para ellos tenía más importancia lo cualitativo, es decir, la carga religiosa, simbólica y ritual de la manifestación… Para entender el carácter de la danza prehispánica hay que partir de las creencias y costumbres, de la cosmovisión, de la religión, pero también de la división social y del ejercicio del poder, así vemos como los elementos materiales (vestido, adornos, pinturas faciales y corporales)(los espirituales (religión, mito, rito), los sociales (edad, sexo, ejercicio del poder), se enlazan en las danzas precolombinas… Debemos ver entonces que para el hombre primitivo el baile y el rezo se compenetran, son uno, la danza es un conjuro mágico, una plegaria, y nunca una actividad meramente estética. El hombre primitivo no solamente danza, sino que por este medio desea obtener algo. La danza no es un placer individual sino que atañe a toda la sociedad, tiene una función claramente social y un contenido eminentemente simbólico… Las dimensiones espaciales y temporales, y la secuencia de las acciones que realizan los diferentes danzantes o grupos de danzantes, dialogan entre sí en una alternancia de puntos y contrapuntos, progresiones, clímax y pausas que no pueden interpretarse sino como un mensaje único… Cada relación entretejida por los seres humanos, dentro de un marco cultural preciso, se define con base a un sistema de significación y de representación. Cada parte del sistema lleva un contenido y reproduce parte del todo. Puesta en relación otros elementos de la cadena de significantes adquiere una inteligibilidad estructural, ya que al enlazarse crean sentidos nuevos que no pueden ser interpretados más que dentro de la lógica del conjunto…”


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Tacaynamo

Arqueologia, Antropologia y Cultura. By Francisco Iriarte Brenner (@firiarteb)